Lejos de ser la chica ansiosa que entró a Gran Hermano, pero con la misma alegría que la caracteriza, Silvina encamina su vida profesional hacia la actuación y la música. Antes de viajar a la India en un recorrido espiritual, muestra que, por fuera, su figura representa lo bien que se siente internamente.
Cuando entraste por primera vez al medio, ¿cómo lo viviste?
Un poco inconsciente. Cuando salís de la casa de Gran Hermano no entendés mucho y vas haciendo ciertos trabajos y cosas que son parte de la vida y de la experiencia. Ya pasaron 14 años de ese comienzo así que, por suerte y de a poco, me fui encaminando y hoy en día estoy más perfilada a la actuación y la música. Voy pudiendo elegir más.
¿Cómo repartís tus tiempos hoy en día?
Estoy ensayando mucho una obra que llama Réquiem para una Sinfonía, que es teatro off, más del under pero está bueno. Cuenta la historia de dos personajes, un hombre y una mujer, y las cosas que pasan son intensas, así que es un desafío personal.
¿Qué te gusta más, la televisión o el teatro?
Hay una realidad que es que la televisión paga bien. Ahora, en este momento, disfruto estar afuera de esa vorágine y, por suerte, puedo elegir otras opciones.
También estás metida en la música, ¿no?
Sí, arranqué hace dos años tocando en algunos bares de amigos o al lado de mi novio, que es DJ y le va muy bien, y me fui metiendo bastante. Finalmente, el tema se volvió profesional y ya tengo una agenda organizada de acá a fin de año de viajes al interior, a Paraguay y a Uruguay.
¿Entrarías en la moda de las exmodelos DJs?
No sé. La verdad es que lo mío fue pura casualidad, jamás me detuve a pensar “quiero ser esto”. Eso también me permite elegir la energía que quiero ponerle y ver para quién y dónde toco.
¿Qué ves distinto en la Silvina de los 30 en comparación con la de los 20?
Ahora soy más consciente de todo: de mi estilo de vida, de la alimentación, de la gente que elijo que me rodee, de los proyectos en los que me embarco, de los laburos que acepto. También estoy más ligada a la espiritualidad, algo que me lleva a autoconocerme un montón y creo que el camino que haga va a ser el mejor porque es el propio.
¿Qué haces a nivel espiritual?
Yo soy budista y además me gusta mucho el yoga y hago diferentes meditaciones. En un mes me voy a la India, específicamente al Himalaya, a hacer un profesorado de yoga intenso durante un mes y medio.
¿Cuál es la parte de tu cuerpo con la que te sentís más cómoda?
Con la cara, porque tiene que ver con la mirada que para mí es una carta de presentación y lo que te conecta con las personas.
A la hora de vestirte para un evento de manera sexy, ¿qué elegís mostrar?
Las piernas.
¿Tenés una rutina de belleza?
Sí, me cuido bastante la piel. No tomo sol e incluso en la ciudad uso protector SPF 50 por las luces, la compu, etc. Como no voy mucho a los centros de estética, tengo todos los kits de cremas en casa. Uso muchas orgánicas y un ritual que cumplo a diario es pasarme aceite de coco apenas salgo de la ducha.
¿Sos de ir al gimnasio?
Tengo mis etapas. Ahora estoy a full con yoga, siento que me mantiene estilizada y mis músculos firmes. En general, el gimnasio me da bastante fiaca, así que estoy escuchándome más y haciendo lo que me gusta para no forzarme.
¿Y te cuidás con las comidas?
Sí. Este último tiempo estuve muy consciente con respecto a esto. Tengo un lugar que se llama laorganicadelivery.com, al que hago un pedido todas las semanas de frutas y verduras, cereales, etc. Durante la mañana solo me hago licuados de frutas y no consumo nada sólido. Además, agrego algunos productos como barritas de clorofila, maca, kale, etc.
¿Qué te enamora de un hombre?
El compañerismo. Creo que la persona que está al lado tuyo te tiene que ayudar a evolucionar. Si una persona no te suma, es una señal de que no va.
¿Cómo vivís el tema de que tu novio trabaje mucho en la noche?
En algún momento me planteé si esto iba a ser así todo la vida y cómo me iba a adaptar. Especialmente, porque yo estoy en un camino mucho más tranquilo. Pero la verdad es que nunca tuvimos un noviazgo convencional, porque los dos tenemos vidas especiales. Lo bueno es que él acepta lo que yo hago y yo lo que él hace y así encontramos la forma.
¿Cómo se conocieron?
Por amigos en común en Ibiza. Justamente, antes de irme a la India paso con él por ahí y aprovechamos para festejar que hace cuatro años que estamos juntos.
¿Qué cosa nunca le perdonarías a un hombre?
La mentira, la falta de honestidad.
Si tus amigas tuvieran que hablar de vos, ¿qué dirían?
En esta etapa me llaman “0800-Silvina” porque cuando una tiene sus mambos me llama, yo la escucho y la aconsejo. De hecho, siempre me gustó eso porque estudié un año de counceling y un año de psicología.
¿Qué consejo le darías a una amiga que se quiere levantar a un chico?
Que sea auténtica: en definitiva, eso es lo que cuenta y lo que te llega de la otra persona.
¿Tenés muchos tatuajes?
No tantos. Una flor del loto en el hombro, un infinito en la nuca y la inicial de mi novio en el brazo. Varias veces hablamos de hacernos un tatuaje juntos, pero nunca se dio la oportunidad.
¿Te casarías?
No, no está en mis planes. No me preocupan los papeles. De chica, capaz en algún momento fui Susanita pero muy poco. No creo en la iglesia como institución y en los papeles, menos. Creería en una bendición capaz, pero cuando tenga hijos o algo así.
FICHA PERSONAL
Nombre: Silvina Noelia Luna
Edad: 35
Prenda favorita: jean
Un artista que no pares de escuchar últimamente: a mi novio, Manu Desrets
Una actriz: Meryl Streep
Una frase: tengo varias…
Esta nota fue publicada en la edición #42 de Revista Mustique.