Por Sofía Prado
Rwanda tal vez sea uno de los más países mas pequeños de África, pero sin duda, es uno de los que más se escucha hablar cuando se viaja por el este del continente. No deja de sorprendernos los escurridizos mercados de la capital de Kigali, asi como las montañas y volcanes donde viven los gorilas e incluso hacer un pequeño viaje por la sabana, todo en 26 km2.
Bienvenidos a una de las joyas de África, bienvenidos a Rwanda.
Una capital con aires de pueblo
Kigali no se parece a ninguna otra ciudad capital que tuve la suerte de conocer, es pequeña y construida entre colinas de 1400msnm, mercados locales y con cierto apego a la vida de pueblo. Tal vez sea ese el motivo por el cual, caminar entre sus calles es tan seguro para todos los turistas que la visitan. En algunos sectores el gobierno está intentando llevar el concepto de urbanización moderna, de hecho la aerolínea RwandaAir está en proceso de volver a Kigali, uno de los centros de conexión en el continente, algo así como sucede en AddisAbaba con Etiopía. Kigali pretende ser la unión entre África central, este y oeste. Sin embargo, a pesar de sus intentos de metrópolis se siente como si circuláramos constantemente por grandes parques o avenidas, de una urbe alejada de lo que sería una capital. Sin embargo, no siempre fue así, Rwanda sufrió uno de los genocidios más atroces en 1994 y aún hoy, a pesar de todo el esfuerzo de esta comunidad, se pueden ver las cicatrices de un país dolorido. El museo del genocidio da un panorama a todos los viajeros que visiten el país, y siento que es un punto de partida para entender no solo la cultura sino la fortaleza de esta nación. En el museo encontraran audioguías en todos los idiomas, videos documentales y lo que más me sorprendió muchísima gente local que se acerca a honrar a sus seres queridos.
GoKigali, operadora de turismo local, ofrece los más completos recorridos por la ciudad que pueda recomendar. Desde la caminata por las avenidas, un paseo por los murales más fotografiados de la ciudad, una nueva propuesta que cuenta historias a través de grafittis, visita al mirador de la colina, una experiencia muy curiosa cuando se habla de un city tour en una ciudad capital ya que se trata de un trekking pequeño por un bosque hasta dar con una colina donde se aprecia lo que parece un poblado, pero no, es la misma Kigali.
Sin embargo, lo más interesante de la propuesta de esta operadora son la posibilidad de visitar un Bar de leche y el mercado de Nyarungenge.
Los bares de leche suelen ser tan comunes como las cafeterías o pub en cualquier país de Europa, es que acá la gente se reúne a tomar leche en lugar de ir a tomar un café, de hecho tienen tanto aprecio por las vacas, que cuando una persona es muy guapa suelen decirle que se parece al animal. Dentro de los bares de leche se puede degustar leche pasterizada y fermentada, siendo esta última muy agria y espesa para quién no está acostumbrado. La misma se sirven en pintas por un cantinero.
La segunda joya de la visita es el mercado de Nyarungenge, es un pequeño asentamiento colorido en el que se puede encontrar de todo, de hecho muchos de sus vendedores llegan a la ciudad cargando en su cabeza los productos que elaboran o cosechan a las afueras de la ciudad. Una mezcla de olores y colores que completan la visita a esta curiosa capital.
Los gorilas de montaña
Al igual que sus países vecinos Congo y Uganda, Rwanda es uno de los pocos lugares del mundo donde vive uno de los animales más fascinantes y temibles de este planeta, los gorilas.
Viajar hasta dar con una familia de ellos, es tan épico como verlos, y es que para eso nos debemos trasladar a unas 2hs de la capital hacia el parque nacional los Volcanes, una vez allí, muy temprano por la mañana a cada turista que tiene comprado el permiso de trekking, gestionado con anterioridad con un valor de 1500usd por persona por día, se le asigna uno o dos guardaparques para guiarlos por los volcanes aledaños en busca de estos fascinantes animales.
Ver gorilas en Rwanda es cien por ciento garantizado, es decir, se conocen en total unas 23 familias de gorilas que habitan en el parque, todas ellas monitoreadas a diario por los “trackers”, de las cuales 15 están habituadas al turismo, otras 8 solo se visitan con fines científicos. Algunas lenguas locales dicen que hay alguna que otra familia salvaje, pero los intentos de tenerlas identificadas son muy altos en Rwanda y esto las mantiene fuera del peligro de los cazadores furtivos.
Antes de empezar el tour a cada viajero se le pregunta como esta físicamente ya que pueden asignarte una familia que este a solo 30 minutos de caminata u otras que se encuentran a 5 horas andando por la frondosa montaña.
Los guardaparques o “rangers” como los llaman en áfrica, guían al grupo casi hasta el final del camino, todos deben ir armados en caso de algún encuentro muy cercano con un elefante y tengan que asustarlo. Luego de atravesar barrancos repletos de barro, hormigueros de hormigas fuego, dan con los llamados “trackers” quienes están monitoreando la familia de gorilas que te fue asignada. Una vez allí, empieza tu avistamiento que solo puede durar 60 minutos.
Puede ser la niebla combinada con la marcada presencia que tienen estos animales, pero ver semejante escena hiela la sangre. Diría que tal vez fue encontrarme con lo salvaje de la naturaleza en su máximo esplendor. Primates de 200kg de peso y un 1.60mts de altura, juegan y se pasean a pocos metros de tus pies entre los arbustos comen y si no prestás atención, pueden aparecerte muy pero muy cerca. Cada tanto muestran su dominancia, pegándose golpes en el pecho y ubicándose a muy pocos centímetros de los valientes viajeros pero tranquilos, los guías nos invitan a no correr y simplemente hacer una reverencia en honor a los reyes de las montañas y ese gesto a los gorilas los deja entender que comprendimos que son ellos los que mandan, cosa que todos sabíamos pero que a estos gigantes les encanta remarcar.
Esta experiencia no se parece a ningún otro safari en África y es tal vez, la más adrenalínica de todas las propuestas de avistamientos de animales.
Durante el recorrido los humanos debemos tener puesta una mascarilla constantemente, los gorilas comparten el 98% de nuestro ADN por lo que cualquier virus podría ser muy complicado para ellos. El monitoreo que tanto Rwanda como Uganda llevan haciendo hace años permitió que los gorilas de montaña crezcan en número, pasando de 260 individuos a más de 1000.
Luego de terminar el recorrido algunos viajeros eligen pasar una noche en la ciudad de Kinigi y otros emprenden nuevamente el viaje de regreso a la capital. De todas formas, vale la pena hacer una parada o a pasar la noche o simplemente degustar de un buen té en la hacienda local de Villa Gorila, con las montañas de fondo, un chef inglés y una excéntrica neoyorquina que cocinan platos de lujo que combinan sabores europeos con toques africanos.
Un trocito de Sabana africana
Rwanda además te permite explorar lo que es también un safari por la sabana, por eso me atrevo a decir que por más que sea muy pequeño, nos puede ofrecer lo mejor de áfrica para quienes buscan hacer safaris. Para ello entonces, nos adentramos al Akagera National Park, ubicado a solo 2:30hs de Kigali justo en la frontera con Tanzania.
Este parque nacional es una muy buena opción para quienes hacen por primera vez un safari, y es que debido a su tamaño es muy fácil avistar todo tipo de animales en un solo día de safari: hipopótamos, elefantes, leones, leopardos y lo más asombroso de todo son sus rinocerontes blancos. En este país se estima que la población de rinocerontes blancos es de 30 individuos y poder encontrarte con ellos, es una de las estrellas de este tour ya que como es de público conocimiento, es una de las especies con mayor riesgo a desaparecer de África.
Si bien Rwanda es un país muy seguro, para este tour la empresa Judith Travel ofrece una propuesta para mujeres que viajan sola al continente por primera vez, y es que los tours guiados de estas empresas, están manejados pura y exclusivamente por mujeres locales que ejercen de guía, trackers y choferes. Cambiando o intentando cambiar al menos el paradigma.