Erica Di Cione es especialista en el yoga hatha vinyasa flow y precursora de una vida sana y saludable. A raíz de un accidente de cadera, logró especializarse en este tipo de yoga, y hoy su cuerpo es su mantra más preciado. Con 39 años, es una referente indiscutida del yoga en la Argentina.
Nació en Santa Teresita, la costa atlántica argentina, y desde muy chiquita estuvo en conexión permanente con el cuerpo, el movimiento y lo que la rodeaba. Practicaba gimnasia deportiva, todo tipo de danzas y hasta estudió comedia musical en la Fundación Julio Bocca. Usaba su cuerpo diariamente para sus actividades y hobbies, hasta que un día se fisuró los dos cartílagos de la cadera. A partir de ese momento y con una recuperación tediosa para salir del dolor, Erica se adentró en el mundo del ashtanga yoga y su vida cambió para siempre. Era la única actividad física que podía hacer, y poco a poco se fue construyendo nuevamente.
¿Quién es Erica?
No podría responderte quién soy, vivo en permanente transformación. Me observo, indago muchísimo sobre mí, y en cada descubrimiento voy siendo mi mejor versión. Como dicen los budistas, anicca, que es “impermanencia”. Buscar una palabra que me defina sería un gran error. Amo lo que hago, eso es lo que soy. Tengo un verdadero compromiso con mi dharma y eso me hace feliz, me completa.
¿Cómo fue este camino de incursionar en el yoga?
Luego de hacer muchísimos tratamientos para mejorar mi lesión y reducir aunque sea un poco el dolor, mi médico me tomó del hombro y muy dulcemente me dijo “Gordita, hacé yoga”. Sin ningún cuestionamiento de mi parte, al otro día comencé a practicar ashtanga yoga. Mi vida cambió para siempre. El yoga era lo único que podía hacer, y poco a poco me fue convirtiendo en lo que soy. Mi cadera ha sido mi gran maestra.
¿En qué tipo de yoga te especializás?
Me especializo en hatha vinyasa flow. Es un estilo dinámico, fluido, desafiante, donde la armonía entre la ejecución de los asanas (posturas) y la respiración es fundamental. Funciona como una meditación activa. En este estilo, todas las prácticas son diferentes, no hay una clase que sea igual a la otra, por lo tanto nuestro estado de presencia es muy importante. Es un estilo que entrena a la mente para estar en el aquí y ahora. Nos enfrenta con la incomodidad, la incertidumbre, y requiere un importante compromiso corporal. Este estilo de práctica busca encender el fuego de la purificación para así poder limpiar nuestros samskaras negativos (programas que nos conducen a la autodestrucción).
¿Por qué este estilo?
Lo siento como una danza, cada práctica que tomo o doy, la danzo. Amo el trabajo armonioso entre el cuerpo y la respiración, genera un estado ecuánime del ser. En cada práctica el cuerpo nos da información sobre la cual trabajar, y la respiración suave, armoniosa, aquieta la mente. Respecto a la parte desafiante, siempre les digo a mis alumnos: “Imaginen que la práctica es su vida, cada asana desafiante es una prueba, habítenla, respírenla y trasciéndanla”. La vida misma.
¿Cuál es el momento del día que más disfrutás?
Amo las mañanas. Suelo levantarme a las 5:30 todos los días, medito y luego me tomo unos ricos mates. Es un momento muy personal y valioso para mí, disfruto muchísimo el silencio y la calma que se sienten antes del amanecer.
¿Cuál es tu paisaje preferido?
Tengo dos. Por un lado, amo el mar, me conmueve su inmensidad. Nací en la costa atlántica, en Santa Teresita, soy una chica de playa. Por otro lado, estoy enamorada de Rishikesh, un pueblo en el norte de India, en los Himalayas. Allí se combina la perfecta armonía entre las inmensas montañas y la Madre Ganga. Es mi lugar en el mundo, lo visito cada año porque es ahí donde me perfecciono.
Hiciste un viaje a India… ¿podés contarnos un poco de ese viaje?
Hice seis viajes a India. El primero fue turístico, recorrí la parte norte, y los cinco restantes fui a estudiar. Cuando estoy en Rishikesh me profesionalizo, tomo cursos y también perfecciono mi práctica. Es un tiempo y espacio para mí, de autoconocimiento, introspección, escribo mucho y me meto para adentro. En este tiempo y lugar “me doy” y recibo mucho. Ahora se viene el séptimo viaje, y es un sueño hecho realidad. El 1° de abril llevo a mi primer grupo de mujeres a recorrer el norte de India. Junto a Daysi May Queen armamos un viaje soñado en el que 17 mujeres se van a sumergir en la increíble y exótica India. Me siento inmensamente feliz.
¿Qué fuiste a buscar y qué encontraste?
Nada. Nunca fui con una búsqueda en particular, cuando decidí ir por primera vez, creo que estaba tan feliz que no lo podía creer. Mi atracción por la India está en mí desde que tengo memoria, siempre me sentí muy unida a esta cultura tan diferente a la nuestra, sus costumbres, comidas, formas de vida. Sí te puedo contar qué sentí el día que pisé India. Supe que iba a ser un puente entre Argentina e India, tuve la certeza de esa realidad, lo vi, me vi, rápidamente esa imagen apareció en mi cabeza y supe que así sería. La India, al igual que el yoga, me ayudó a descubrirme, a pulirme, a sanarme, a conectar cada vez más con quien vine a ser.
¿Qué hábitos incorporaste que te cambiaron para siempre?
Una de las cosas que cambió, ya hace mucho años, es que no como productos ultraprocesados de ningún tipo.. Me alimento a base de frutas, verduras, legumbres, semillas y cereales (todo aquello que la tierra nos da). Respecto al cuidado de mi piel, utilizo la mayoría de los productos veganos –digo “la mayoría” porque uso tintura para mi pelo, pero en la piel todos los productos son veganos y no testeados en animales–. Me tomo dos veces al día el tiempo para sentarme y respirar. Por lo general, 30 minutos por la mañana y 30 por la noche. Incorporé las duchas frías cada vez que tomo un baño y la costumbre de ir a una plaza, descalzarme y conectarme con la energía de la tierra. Estos pequeños hábitos han cambiado mi vida significativamente.
¿Qué consejos podés dar para una vida sana y plena?
Suelo hablar con mucha frecuencia en mis redes o con mis practicantes respecto a “cuáles son aquellas cosas que podemos hacer para elevar nuestra prana” (prana= energía vital). Te voy a compartir algunas de ellas.
La respiración, tener la capacidad de observar nuestro ritmo respiratorio, entendiendo que la respiración y la mente están asociadas, con lo cual si yo bajo mi ritmo respiratorio (inhalo y exhalo sueve y profundo), mi “máquina mental” va a aquietarse. Respirar de forma consciente y serena hace que tu mente esté aquietada y ecuánime.
Alimentación, entendiendo por alimento “todo aquello que entra por los sentidos”: lo que como, lo que veo, lo que toco, lo que escucho y lo que huelo. Buscar que todo lo que nos alimente eleve nuestra energía.
Actividad física, la que vos prefieras, la que te conecte, la que te haga bien. Mover el cuerpo genera endorfinas, nos conecta con la felicidad y activa absolutamente todos nuestros sistemas.
Descanso, fundamental para la recuperación del cuerpo y elevar el sistema inmunológico.
Luz solar, a la que es muy importante exponernos sobre todo en las primeras horas del día. Ayuda a la asimilación de calcio, aporta vitamina D, reduce la irritabilidad, la fatiga crónica, libera endorfinas y reduce niveles de estrés.
¿En qué consisten los baños de hielo? ¿Cómo funcionan?
Fue una de las experiencias más lindas de mi 2022, en RESET, un retiro facilitado por Marcos Apud, Marian Ducca y Lore Lorenzo (las chicas del hielo). Este método te enfrenta a tus propios límites, y digo “propios” porque es uno mismo quien se limita. El poder que tiene la mente para anticipar un “no” cuando siente miedo es asombroso, pero también es inmenso todo lo que podemos hacer cuando aprendemos a manejar nuestra mente impidiendo que nos limite. De eso se trata. Como dice Wim Hof: “El frío es una fuerza vital que te guía a construir resiliencia mental, emocional y física”. Para la inmersión en el hielo es importante aprender una técnica de respiración en particular –enseñada por los facilitadores–, estar con el estómago vacío, concentrados y relajados. De esta forma, el cuerpo procesa mucho mejor la señal del frío. Esta técnica nos regala muchísimos beneficios, que puedo asegurarte se sienten rápidamente. Fortalece el sistema inmunológico, eleva nuestra energía, funciona como antiinflamatorio natural, mejora el rendimiento deportivo y la calidad del sueño, activa el sistema circulatorio y la secreción de endorfinas. Mejora la gestión del estrés, estimula el foco mental y la concentración, aumenta la fuerza de voluntad. Para comenzar, se recomiendan dos minutos de inmersión en el hielo. Se puede hacer cada cuanto uno desee.
¿Podés contarnos un poquito de tu workshop Pegasus?
Pegasus es un workshop maravilloso que hago junto a Marcos Apud. Es un verdadero viaje de autoconocimiento, donde exploramos a través de distintas dinámicas cada uno de nuestros cuerpos, físico, espiritual, emocional y energético. Los movemos, activamos, desbloqueamos y armonizamos. El objetivo es bucear en las profundidades de cada uno, liberar las limitaciones de la mente, aquietar los pensamientos, descubrir el potencial interior. Realizamos prácticas de yoga, meditación, pranayamas, trances, terapia de sonido, emociones en movimiento. Realmente es un viaje donde quienes forman parte de él pasan por todos los estados del ser. Ya que estamos hablando de Pegasus, te cuento que el próximo será el 18 de marzo, de 10 a 18 horas, en Valletierra. No hace falta tener experiencia, pero sí ganas de descubrir una nueva versión de vos, que estés dispuesta o dispuesto a darlo todo para que eso suceda.