Sophie Lacombe es francesa, gemóloga y trabajó para firmas como Balmain y Chanel. Creadora de esta firma que se destaca por seguir y adaptarse a cada curva del cuerpo, cuenta cómo fue la experiencia de darle vida a su sueño en este país, adaptándose al estilo local pero sin renunciar a sus raíces
¿Cómo comenzó tu pasión por la joyería?
Todo empezó con una costumbre familiar: mi padre es científico y viajó mucho por África y América del Sur por su trabajo. Cuando volvía, nos regalaba a mi madre, hermana y a mí joyas tradicionales de los países que visitaba durante sus trayectos.
Por esta razón, siempre he soñado con crear joyas y lanzar mi marca. Poco a poco, con estudios y experiencias profesionales, empezó a surgir una idea clara del universo que quería crear.
¿Cuáles fueron tus estudios?
Obtuve una licencia en Administración de Empresas del EDHEC Business School en 2012. Dentro del programa, estudié un año completo en Hong Kong, 6 meses en la Universidad y 6 realizando una pasantía dentro de una agencia francesa de modelos.
En 2014, obtuve mi diploma de Gemóloga del GIA (Gemmological Institut of América) en Londres y luego terminé especializándome con un Master de Marketing Management para empresas del sector del lujo del EDHEC.
Has trabajado dentro de firmas como Chanel y Balmain, ¿qué podes decir de tu experiencia en marcas tan icónicas?
Trabajar allí es un aprendizaje muy valioso para entender el funcionamiento de Marketing, comunicación y comercial de grandes marcas de lujo.
Es un mundo en el que la exigencia, el detalle y el rigor forman parte de la cultura empresarial. La búsqueda de la excelencia está en el centro de toda actividad.
Los empleados son auténticos apasionados de los productos y de la historia de la firma, por lo que fue un verdadero enriquecimiento para mí, tanto profesional como personal.
El gran paso lo diste dentro de Van Cleef & Arpels, ¿qué podés contar de esta etapa?
Tras obtener mi diplomada de Gemóloga, entré en una de las Maisons más icónicas de la Place Vendôme: Van Cleef & Arpels, dentro de la División de Marketing de Alta Joyería (cada pieza, una maravilla, es única en el mundo). Me encargaba de gestionar la relación de la sede con las boutiques de la marca en todo el mundo.
¿Cómo nace, tras una experiencia laboral formidable, NUE Joaillerie? ¿Cuál es su significado?
En 2015, hice un gran salto en mi vida, dejando la escena parisina para seguir a mi pareja argentina a Buenos Aires. El mundo de la joyería es pequeño y cerrado en el que tenés que demostrar tu valía para que te abran las puertas. En este sentido, Francia y Argentina son similares: al principio fue difícil encontrar proveedores, trabajadores cualificados y artesanos que compartieran mi visión de un diseño muy minimalista que era bastante diferente a lo que se hacía hace 6 años en Argentina.
Ante estos obstáculos, inicié otra actividad; importé marcas de joyería francesas y las vendí en mi showroom de la capital “Revolution Paris”.
Gracias a la cuenta de Instagram de este espacio, se me acercó un joyero que quería trabajar en mi primera colección para NUE. Esta experiencia también me permitió encontrar una clientela que me fue fiel cuando cerré Révolution Paris para lanzar NUE y aseguró su éxito. Nunca se sabe qué caminos tomará la vida, pero con paciencia, trabajo duro y resistencia, ¡todo llega!
NUE en francés tiene varias traducciones, se usa para describir la desnudez del cuerpo de mujer, tal como la palabra “Nude”, de la piel “au naturel”.
El nombre de la marca toma su significado del hecho que busco la belleza tomando como insporación la forma original y natural del cuerpo, a través de una estética simple. Mi universo es sensual y mis diseños siguen y se adaptan a cada curva del cuerpo.
¿Por qué Argentina? ¿Qué diferencias y similitudes hay con Francia y su estilo?
Creo que existe un vínculo real entre Francia y Argentina que se basa en una curiosidad mutua y un sueño lejano de otra vida. Como muchos franceses, siempre he querido descubrir la Patagonia, la Pampa, los gauchos, los vinos argentinos y todo lo que forma parte del folclore de esta cultura. Tengo varias amigas que, como yo, se enamoraron de un argentino y se quedaron en el país.
La moda local me pareció muy diferente, así como las joyas que se llevaban. Tiene una identidad propia que no se puede comparar con ninguna otra. En mi opinión, es un estilo “extravagant”, atrevido y extrovertido que refleja la esencia del país, a diferencia del nuestro que es más formal y minimalista.
¿Con qué materiales trabajas?
Diseño y fabrico joyas de plata 925, oro 18 quilates, platino y gemas, pensadas para perdurar. La marca produce sus artículos de manera justa y ética, con piezas hechas a mano y por encargo.
¿Cuáles son tus piezas más icónicas?
La colección es un encuentro entre el estilo francés y el argentino: las piezas sutiles y minimalistas se combinan con joyas audacias y llamativas. Las mas llamativas son el collar Licorne con su medalla reversible y la pulsera de Garra, dos artículos muy fuertes.
Mi best seller es el anillo Éternité personalizado. El Earcuff Muse y la pulsera Fil con un diamante sobre hilo vinieron a completar la colección y tuvieron éxito desde día 1.
¿Qué tiene NUE que la hace especial?
Cuando llegué al país, me llamó la atención que el mercado estuviera muy polarizado entre dos propuestas diferentes: la fantasía/bisutería sin valor real y la joyería de alta gama, pero con un estilo muy clásico. No había una oferta de piezas que combinara diseño, calidad y valor a precios accesibles, lo que llamamos “petite joaillerie” en francés. Decidí crear lo que no podía encontrar para mi propio uso.
Mi visión es un equilibrio sutil entre los valores fundamentales y la perpetuación de un Know-how ancestral del oficio de alta joyería y mi deseo de liberarme de sus códigos más clásicos.
Es un juego constante para capturar la esencia del estilo chic informal «à la française» y su universo sofisticado, pero creando un lujo más divertido, atrevido y accesible.
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