Cuando pensamos en las “Blue Zones”, esos lugares donde la gente vive más y mejor, imaginamos destinos lejanos y paradisíacos. Pero, ¿y si esa misma esencia de bienestar y conexión pudiera vivirse sin salir de la ciudad? Spirito Blu, el gin inspirado en la mágica isla de Cerdeña —la primera Blue Zone del mundo—, hizo posible este sueño en pleno corazón de Buenos Aires, con una experiencia que celebró la esencia de la buena vida.
Un recorrido por diez mundos hasta llegar a Cerdeña
El evento tuvo lugar en Frenessi, un espacio multisensorial que combina arte, tecnología y gastronomía para estimular los sentidos. Durante la noche, los invitados atravesaron diez mundos, cada uno con su propia atmósfera y sabores, hasta llegar al gran final: Cerdeña, donde todo cobra un nuevo sentido.
Desde la densidad de la selva misionera, con sabores frescos e intensos, pasando por montañas que evocaban aire puro y platos cálidos, hasta la frescura del Mediterráneo, cada etapa del recorrido fue una experiencia para recordar. Spirito Blu acompañó cada momento con sus notas cítricas y su equilibrio perfecto, potenciando los sabores y el ambiente de cada mundo.
El momento culminante llegó con la proyección de las aguas cristalinas y el cielo turquesa de Cerdeña. Spirito Blu desplegó todo su carácter, evocando la brisa marina y la calma de la isla. Este instante estuvo acompañado por un exquisito maridaje de mariscos —mejillones, camarones, berberechos y almejas en reducción de vino blanco y manteca de ajo—, que transportó a los asistentes al corazón del Mediterráneo.
La experiencia fue un recordatorio de que no siempre es necesario viajar lejos para encontrar la buena vida. Según Juan Luciani, embajador de la marca, Spirito Blu logró transmitir la esencia de la buona vita en cada copa y en cada momento compartido.
Spirito Blu no es solo un gin, es una invitación a detenerse, a disfrutar de los momentos simples y a reconectar con lo esencial. Este evento demostró que la buena vida puede encontrarse en cualquier lugar, incluso en medio del ritmo acelerado de la ciudad.
Si alguna vez tenés la oportunidad de participar en una experiencia así, no lo dudes. Porque a veces, lo que buscamos está mucho más cerca de lo que creemos. Y si es con una copa de Spirito Blu, mucho mejor. ¡Salud!