La actriz que cumple 12 años de carrera cuenta en estas páginas cómo está viviendo uno de sus mejores períodos laborales, con papeles importantes en televisión, el teatro y también en el cine. Además, confiesa que esto ha coincidido con una larga terapia que la ha hecho entender, entre otras cosas, su perfil introvertido y, también, el valor del tiempo.
Pareciera que fue ayer cuando una joven alta, rubia, de ojos azules, facciones perfectas y de tan solo 24 años, entraba al mundo del espectáculo de la mano de una de las teleseries más vistas de aquel entonces, “Soltera otra vez”. Era 2012 y personificaba a Nicole, la “Flexible”. Fue tanta su belleza, que rápidamente se transformó en figura indiscutida de publicidad y, también, pronto le llegaron más ofertas para la pantalla chica. Por aquel entonces, hubo quienes se preguntaban si perduraría en esa industria donde el talento se demuestra, más allá de tener una cara bonita. Ella misma se encargaría de probarlo y con creces.
Así es, porque Josefina Montané trascendió a Nicole, y si bien hubo partes 2 y 3 de la misma teleserie en las que también participó, se llenó de proyectos que incluyeron nuevos roles dramáticos, teatro, musicales e incluso la animación. Hoy a los 36 años, puede decir que sí, que lo logró, y que no solo sobrevivió en esa industria, sino también le dice “sí” solo a las propuestas que son de su interés.
Y en eso está ahora, precisamente a sus anchas sobre las tablas, el cine y también en televisión, donde es parte del remake de “Amores de mercado”, la misma teleserie que causó furor a comienzos de este siglo. Basada en la historia de varios personajes que trabajan en el Mercado Central de Santiago, se centra en dos hermanos, gemelos idénticos, separados al nacer y criados en estratos socioeconómicos totalmente opuestos hasta que un accidente, los deja encarnando la vida del otro.
Era el año 2001, y el el rating de la historia protagonizada por Álvaro Rodolphy, marcó en promedio 46 puntos de rating y su último capítulo, llegó a los 60. De hecho, es la telenovela con mayor audiencia de la era del people meter instaurado en 1993.
Por ese entonces, Josefina o “Pin” como le dicen, tenía solo 13 años así que ha sido toda una sorpresa para ella el darse cuenta de cómo la gente se acuerda de esta historia… “Al tiro me dice el ‘Pelluco’”, comenta riendo. En esta nueva entrega, interpretará a Chantal, la psiquiatra del protagonista, que anteriormente fue interpretado por Catalina Pulido.
–¿Qué te parece la apuesta a los remakes?
–Cuando supe que se estaban haciendo era como “¡uy! que raro”, porque yo las vi, pero claro, mirando también la industria hacia afuera, sí se hacen. Y me encanta que en Chile volvamos a redescubrir nuestro guiones que marcaron generaciones, rating, que podían paralizar Chile con un final. Ojalá que volviera a pasar una cosa así.
En mi caso ha sido un lindo desafío. No volví a ver la teleserie. Solo vi el primer capítulo, pero solamente una vez que me dieron los personajes de mis compañeros, como para ponerle cara. Entonces, después la lectura se hace más entretenida.
–¿Cómo ha sido esta experiencia en “Amores de mercado”?
–Muy entretenida. Además, lo paso tan bien haciendo a Chantal. Lo disfruto mucho. Esta es mi tercera teleserie en Mega, entonces ya conozco al equipo, así que cada vez hay más confianza y claro, uno ya se topa con compañeros y se hace todo mucho más entretenido.
En la historia, Chantal es la terapeuta de “Pelluco”, que será interpretado por el actor Pedro Campos, de quien Pin es pareja. Dice estar contenta con esta relación de tres años, que comenzó cuando se conocieron en la teleserie “Amar profundo”, y que ha dejado algunas postales en redes sociales que, por cierto, se han llenado de comentarios. Josefina, eso sí, confiesa que desde hace un tiempo, prefiere evitar leer lo que le escriben. “He aprendido a hacer un filtro, porque a veces uno se engancha con la mala onda y no quiero eso para mí. Tampoco define mi relación”, asegura y agrega que prefiere mantener el bajo perfil, precisamente para cuidar lo que tienen.
–Más allá de “Amores de mercado”, vienes de otra historia en Mega que tuvo un gran éxito, “Generación del 98”…
–¡Era tan chiquitita en el 98! (se ríe) Estuvo entretenido, lo pasé bien grabando. Fue un grupo humano muy aclanado. Teníamos muchas escenas masivas, de mucha intensidad. Fuimos bien partners en ese sentido.
–Interpretaste a Paula, casada, con un hijo y que se separa porque se enamora de una mujer, un rol que te valió varios elegios por lo logrado en pantalla. ¿Cómo fue el recibimiento del público?
–Depende. Recibí comentarios de todo tipo. Me han preguntado cosas como “igual difícil, igual raro, que te haya tocado estar con una actriz”, y yo les digo “es lo mismo que grabar con un compañero hombre”. Y por otro lado, muchas mujeres me pararon y me agradecieron. Eso es muy fuerte. Cuando se te acercan con esa intención, les miras los ojitos y les brillan… ahí uno dice “bien, está todo bien”.
–Es que es un tema que sigue repercutiendo en un importante sector de la sociedad.
–En mi caso, nunca lo he cuestionado. Para mí, Paula fue un personaje como cualquier otro que se enamora de una persona. Ella era valiente, pero cualquier mujer que sale de una relación que la tiene infeliz, también es valiente, independiente de cuál sea la situación, desde que haya violencia a que simplemente no es feliz.
“ME HAGO CARGO”
–Volviendo a “Amores de mercado”, tu personaje Chantal, es complejo de personalidad según la historia original.
–Sí, mucho. En ese sentido ha sido desafiante entender su cabeza, no juzgarla… no quiero hacer mucho spoiler del personaje, pero me gusta porque rescata un lado muy humano, arrojado, como “me pasa esto y me pasa… no me hago cargo” Así somos las personas, tenemos emociones y hay gente que hace algo con ellas y otras que no.
–Y es cada vez más común socialmente hablando el no hacerte cargo…
–Sí, pero en mi caso no es así. Llevo cuatro años en terapia, entonces sí me hago cargo de mis emociones y de lo que me pasa. Sé que la salud mental no es algo muy accesible, pero es necesario tratarse. Hay que rebuscárselas. Cuesta. Tengo amigos que, por ejemplo, han tenido horas con psicólogos de afuera que cobran menos. Hay espacios. Lo que es peligroso es que hoy hay mucha gente que está “terapeándose” a través de las redes sociales, y claramente esa no es la forma. Lo que sí me parece positivo, es que se hable de esto y que no tengamos miedo a entender nuestras emociones, a gestionarlas y, eso, solamente te lo da el tratarse.
–Llevas cuatro años en eso, ¿notas diferencias?
–Absolutamente, pero tampoco sé si es un “todo es gracias a la terapia”. Sí, obviamente influye, pero también son los años. Tengo 36, estoy mucho más grande (se ríe). Lo que pasa es que partí muy chica en teleseries, entonces creo que es una suma de cosas. Pero me hago cargo.
–Y cuesta, por lo general nos hacemos cargo del resto…
–Sí, y además que yo fui mamá muy joven, entonces desde los 20 años tengo mis energías, mi cabeza, todo, puesto en otros. Y ahora que mis niñitas están más grandes (Colomba de 15 años y Mila de 8) siento que es momento de pensar en qué quiero, qué necesito, cómo dedicarme más a mí. Claro que siempre en compañía de ellas. Mi hija chica me acompaña a todas partes… es mi llavero (risas)
–Te sientes más madura, ¿pero más feliz?
–Me siento en calma, en paz conmigo. No sabría definir la palabra feliz, porque siempre tengo episodios de felicidad, como también tengo de tristeza, pero sí estoy tranquila, muy tranquila y eso sí me da felicidad.
–¿Qué lecciones sacaste en terapia?
–El valor del tiempo en todo sentido. No andar acelerada. En saber que todo tiene su tiempo.
–¿Sientes que de alguna forma estabas en deuda contigo? ¿Pudiste conocerte más quizás?
–Descubrí que soy introspectiva, una persona mucho más silenciosa. Me gusta mi mundo interno, me gusta estar ahí y he aprendido a disfrutarlo y a usarlo a mi favor. La pintura por ejemplo, el arte, eso me hace sentir bien, es mío. Siento que me costó identificarme como una persona introvertida. Pero a veces también me pasa que cuando hay mucha gente, tiendo a estar en silencio. Muchas personas, mucho ruido, me generan cosas.
–Antes de esto, ¿creías en las terapias?
–No mucho. Me costaba la idea de una terapia. Me acuerdo que la primera vez que fui a una, no tuve constancia. Debe haber sido cuando recién tuve a la Colomba (su hija mayor). Tenía 21 años y claro, no fui constante. Pensaba que no me servía de nada. Y claro, se necesita compromiso. También tiene que ver con que una quiera hablar de ciertas cosas, compartirlas con otro, para finalmente poder sanarse.
“ME ENCANTA JUAN GABRIEL”
Una historia repleta de fantasía, sueños, pesadillas y personajes entrañables es la obra de teatro “Tú eres la tristeza de mis ojos”, que retrata a una mujer que está en su lecho de muerte y que en medio de su delirio ve a Juan Gabriel.
Ahí, en medio de actuaciones y música del entrañable “Divo de Juárez”, Josefina interpreta tres personajes “El primero es una doctora, la mejor amiga de Victoria, que es la mujer que está muriendo y que interpreta Carmen Gloria Bresky. Es complejo porque es la especialista que tiene que responder preguntas como ‘¿cuánto le queda de vida?’, algo incómodo de decir para una amiga que adora a esa familia. Se confunden los límites”, explica.
Su segundo papel es el de una directora del Bellas Artes, ese lugar que recibió a Juan Gabriel en un concierto icónico en México en 1990. “Y después soy la muerte”, comenta.
–¿Te gusta Juan Gabriel?
–Me encanta Juan Gabriel desde siempre, me sabía todas las canciones. Haciendo ahora la obra me di cuenta que no es tan contemporáneo a mí (risas).
–¿Qué te parece la figura de Juan Gabriel tras su muerte?
–Lo vemos en el público. Ha sido hermoso, muy lindo. Él no tiene generación. Llevamos cinco funciones, todas han estado llenas y lo lindo es que vemos familias completas. Es precioso lo que pasa en la gente. Lloran, ríen, cantan… incluso cuando ni siquiera se ha abierto el telón y va a partir la función, todos aplauden. Además que mi compañero, Germán Pinilla, hace un Juan Gabriel extraordinario, con una voz que dan ganas de estar mirándolo y escuchándolo todo el día.
–También interpretas a la muerte… ¿le tienes miedo?
–No, y de hecho lo que te decía antes del tiempo, lo aprendí con esta obra. Porque la muerte habla del tiempo, de que todos tenemos nuestra hora, nuestro minuto, y el que hay que saber aprovechar. No andar ansiosa. Ya pasé un largo periodo con esa locura de hacer cosas, de demostrar, de no perderme las pegas. Ahora es como un “todo tiene su tiempo. No estoy haciendo las cosas mal y lo bueno vendrá”.
–¿Piensas en lo que hay después?
–No lo he pensado mucho. La muerte solo nos recuerda que hay que vivir a concho (risas). No sé qué hay después.
–¿Cómo manejas estar al mismo tiempo en dos disciplinas tan distintas como las teleseries y el teatro?
–Son muy distintas. En el teatro uno está tres meses ensayando la misma obra. Todos los días recurres al mismo texto. Además, es muy colaborativo y como muy experimental. También tienes tiempo de profundizar en tu personaje, de buscar… y me gusta mucho cuando entras a sala y es ves todo tan frágil, el estar presente, el que sucedan cosas inesperadas. Me pasan muchas cosas, sobre todo si, además, tiene que ver con música que remueve, sobre todo en mí, muchas cosas. Estoy fascinada. Puedo tener una día de mierda, pero llego a ensayo o a la función y ahí estoy feliz.
“BIEN PIN”
Por estos días, Josefina Montané pasa varias horas al día entre muchas páginas. Algunas llenas de dibujos de su creación, listos para colorear, estampados en su cuarto libro que está pronto a lanzar al mercado. Otras, cargadas de historias que debe interpretar. Porque además del libreto de “Amores de mercado” y las líneas de sus tres personajes en la obra de teatro, ya está en el proceso de lectura de un nuevo proyecto, esta vez en el cine, que califica como un sueño y que se estrenará a fines de 2025.
Pin será protagonista del largometraje “Animales”, la cuarta película del director chileno Andrés Waissbluth (“Los Debutantes”) y que trata sobre la humanizacion de los animales y la deshumanizacion de los humanos. Ahí, interpretará a Constanza, una deportista que ve amenazada su relación con Beatriz (Natalia Grez) cuando deben hacerse cargo de un gato.
La película, cuyo elenco incluye a actores como Benjamin Westfall, Mauricio Pesutic, Ignacia Baeza y la actriz trasandina Mara Bestelli, es una coproducción entre Chile y Argentina.
–¿Cómo fue la invitación y qué expectativas tienes?
–Ha sido lindo, en el sentido de que toda mi vida he soñado y he puesto mis energías en hacer cine. Es un sueño desde que soy niña, desde que vi “Forrest Gump”. Entonces, he trabajado para lograrlo y he estudiado para ello. Y después de muchos castings, de participar en miles de pruebas de cámara y que me dijeran no, no y no, que me digan “quedaste”, es hermoso. Y además, justo cuando estoy con teleserie y teatro. Me hace pensar que los años no pasan en vano, he desarrollado una carrera que tengo que asimilar, porque uno vive el día a día y pasan las cosas. Pero para mí es un hito el estar cumpliendo un sueño. Hago una revisión y digo: “ha pasado tiempo y no he salido de ahí, fui obtusa, como caballo de carrera… ‘bien Pin, bien Pin del pasado’”.
Por: Bernardita Cruz B.