Chile ha visto cómo su gastronomía ha florecido en los últimos años, y uno de los motores detrás de esta transformación son los hermanos Raide. En una conversación cercana, Max, el mayor de la familia, compartió sus experiencias, desafíos y esperanzas para el futuro de la gastronomía y el turismo en el país.
Sus nombres ya son recurrentes en los círculos gastronómicos y de negocios en Chile. Max Raide ha figurado en la luz pública desde muy joven, cuando creó Jóvenes Líderes. Más tarde vendrían más apuestas y hoy su tarea está en el Barrio Patagónico de la mano de su premiado restaurante Casa Las Cujas. Este proyecto, que desarrolla junto a sus hermanos Domingo y Juan Pablo, lo motiva y apasiona tanto que es fácil adivinar qué es lo que lo mueve; el amor a nuestro país. En esta entrevista, Max desclasifica cómo ve el futuro de nuestra cocina y de todo lo que hay detrás de esta importante industria.
¿Cómo surgió la idea del Barrio Patagónico?
El concepto de barrio lo empezamos a preparar (junto a sus dos hermanos) antes de la pandemia. Sabemos que este ha sido un período de retos difíciles para todos, especialmente para aquellos que se dedican a la gastronomía y la cultura. Durante la pandemia, muchos de nuestros vecinos (del barrio Alonso de Córdova) se vieron obligados a cerrar, y cuando salimos de esa situación, nos encontramos con una isla, un lugar con muchos negocios cerrados a nuestro alrededor.
¿Qué aprendieron de esa experiencia?
Decidimos no despedir a nadie, manteniendo a nuestro equipo a flote. Al abrir después de la pandemia, optamos por realzar la identidad chilena. Esto nos llevó a crear Casa las Cujas y Jardín Secreto, celebrando nuestros productos locales y, especialmente, nuestra cultura.
¿Por qué enfocarse en la Patagonia?
La Patagonia chilena es increíblemente rica y desafortunadamente poco conocida en el extranjero. Siempre se habla de Argentina y su embajador Francis Mallman, pero el mundo no sabe lo que tenemos aquí. Así que, queríamos que los turistas que llegaban a Santiago también conocieran la Patagonia chilena, y eso fue lo que impulsó la idea del Barrio Patagónico..
Con el Barrio Patagónico, ¿qué esperan lograr?
Queremos ofrecer más que buena comida; buscamos crear un sentido de comunidad y pertenencia. Cuando alguien visita nuestro barrio, debe sentir que está en un lugar donde la Patagonia se celebra en todos sus matices, desde la comida hasta el ambiente.
¿Y cómo se está desarrollando esto en lugares como Zapallar y Cachagua?
Estamos trabajando en un segundo Barrio Patagónico en Cachagua, que contará con Casa las Cujas y otras ofertas gastronómicas. La idea es fomentar una cultura donde la excelencia gastronómica y la sostenibilidad vayan de la mano. Además, planeamos tener una gran cava donde la gente pueda probar nuestros vinos y experimentar la mejor oferta culinaria.
¿Cuál es el papel de la familia en este emprendimiento?
Nuestrai familia es, sin duda, el motor de todo esto. Somos tres hermanos y cada uno aporta algo único. Yo tiendo a ser más estratégico, mientras que Juan Pablo se ocupa de la calidad gastronómica. Domingo, por su parte, se enfoca en la operación. Juntos, complementamos nuestras habilidades y eso crea una sinergia muy poderosa.
¿Cómo manejan los desafíos en el negocio familiar?
Siempre tomamos decisiones de manera conjunta. Si no estamos de acuerdo, no se toma ninguna decisión. Eso evita tensiones y asegura que todos estemos alineados. Los momentos difíciles se enfrentan como equipo, y los éxitos se disfrutan juntos.
¿Cuáles son los planes futuros para la gastronomía chilena?
Queremos que la gastronomía y el enoturismo sean reconocidos como motores de desarrollo en Chile. La clave está en presentar nuestra identidad de forma genuina, creando un diálogo y una unidad entre todos los actores de la industria. Estamos trabajando arduamente para que Santiago vuelva a ser un destino turístico gastronómico de relevancia.
LA UNIÓN HACE LA FUERZA
Un grupo de destacados chefs y emprendedores chilenos se unieron a Max, Domingo y Juan Pablo Raide en una simpática conversación. No solo fue posible verlos en la reciente entrega de los 50 Best Awards de Latinoamérica, sino que uelen verse y juntarse para imaginar, juntos, el futuro de nuestro país. Entre los presentes estuvieron los destacados chefs Rodolfo Guzmán -siempre acompañado de su mujer Alejandra Tagle-, Benjamín Nast , entre otras voces destacadas de la industria. Compartieron reflexiones sobre el potencial de la cocina chilena y la necesidad de trabajar en conjunto para posicionarla frente a otras naciones que han logrado captar la atención internacional, como Perú y Argentina.
Durante el encuentro, destacaron la figura de Rodolfo Guzmán como un pionero en esta nueva generación de cocineros, cuyo esfuerzo por mostrar al mundo las maravillas de la gastronomía chilena ha inspirado a muchos. “Es esencial que tengamos orgullo de nuestra identidad culinaria y que aprendamos a respetarla y apreciarla para que otros lo hagan también”, enfatizó Benjamín Nast, del restaurante Demencia. “Queremos que Chile no solo sea conocido por sus paisajes, sino también por su vibrante oferta gastronómica”, agregó Guzmán, a cargo de Boragó.
La unión en el sector fue otro punto clave, destacando la colaboración entre chefs y restaurantes como una manera de resistir y prosperar después de la pandemia. “La colaboración es esencial; hemos aprendido a apoyarnos mutuamente y a construir una coalición gastronómica en Chile”, mencionaron.
POR FERNANDA ÁLVAREZ C.