Es una de las activistas ambientales más influyentes de nuestro país. Se describe a sí misma como “en transformación constante”, y a sus 28 años es cantante, actriz y emprendedora. Ha hecho grandes aportes para mejorar y concienciar a la población sobre la crisis climática y la importancia de conservar la naturaleza. Tiene por delante un 2023 cargado de nuevos proyectos y emprendimientos personales.
Connie Isla saltó a la fama por publicar videos en Instagram cantando y tocando el ukelele, y en 2018 fue nominada para los Kids Choice Awards en la categoría de “Artista Revelación”. A partir de ese momento, comenzó a crecer como artista a pasos agigantados, y hoy está por lanzar su tercer disco. Creó la fundación sin fines de lucro Músicos del Alma, la cual impulsa y promueve una serie de shows acústicos gratuitos en hospitales y en diferentes lugares para quienes más lo necesitan. Además, Connie es una embajadora del mundo veggie y del cuidado del medio ambiente. Una mujer que sueña con hacer del mundo un lugar mejor, con superarse día a día como artista y como persona, alguien que se hace escuchar y que vale la pena escuchar.
¿Quién es Connie Isla?
Es un conjunto de situaciones, de personas, de música y de sensaciones. Soy una gran conjunción de cosas, no me puedo definir solo con una palabra. Soy cambio, estoy constantemente construyendo y deconstruyendo sobre mí misma, mis creencias, mis prejuicios y mis valores, soy transformación.
¿Qué le dirías hoy a la chica que arrancó por tocar un ukelele en Instagram?
Que siga, que está muy bien, que está trabajando y construyendo un futuro a pesar de que ese momento quizás parecía solo una red social de videos, seguidores y likes, pero la realidad es que estaba construyendo una carrera casi sin darme cuenta.
¿Cuáles son tus objetivos como persona y profesionalmente?
Ser feliz. Aprendí que el tema de los objetivos está bueno, pero a veces te limita un poco, porque cuando ponés objetivos lejanos o difíciles, por un lado está bueno porque te motiva, pero a la vez, como hoy vivimos en un mundo tan cambiante, también está bueno estar abierto a otras posibilidades que ocurren en el medio. Con el tiempo aprendí que yo necesito tener un propósito para ser feliz, estar activa, hacer cosas. Entonces creo que la actividad, la entrega, las ganas constantes también son mis objetivos, porque son un medio pero terminan siendo un fin en sí mismo.
¿Cómo te imaginás dentro de 50 años?
Estoy muy abierta a sorprenderme con la vida. Espero estar rodeada de naturaleza, de gente que quiero y me quiere, con una vida tranquila y con la que me sienta completa.
¿Qué pensás del consumo de las redes sociales?
Creo que las redes tienen su lado muy productivo: uno solo de repente puede dar pie a una carrera, y eso podemos verlo con cantidad de artistas hoy. Las redes dieron ese lugar a talentos, a mostrar sin necesitar intermediarios, brindan independencia. Pero también tienen su lado más nocivo, que es la dependencia, la comparación constante, estas realidades que se crean que ponen una vara altísima para vidas que en realidad son inexistentes o irrealizables. Muchas personas ven todo ese mundo ficticio paradisíaco y se sienten mal, y tiene todo el sentido del mundo, nos pasa a todos.

¿Qué pensás que sucede después de morir?
No pienso. No quiero pensar porque nadie sabe, no quiero perder tiempo y energía en eso, porque no tenemos ningún tipo de control.
¿Cuál es tu lugar en el mundo?
Es mi casa, y también Bariloche. Mi casa es mi lugar, donde recibo a la gente que quiero, compongo mis canciones, cocino las comidas que más me gustan, me voy a dormir todos los días y me levanto todos los días, es mi templo, mi refugio. Y Bariloche porque es un lugar que ocupa un espacio sagrado en mi corazón, es una especie de refugio también.
¿Tu plato de comida favorita?
Es gracioso, pero es una ensalada. Yo soy una fanática de las ensaladas, como todos los días de mi vida, las voy cambiando, el año pasado comí todo el año una misma ensalada, y ahora me obsesioné con otra que es kale, lechuga morada, lechuga arrepollada, rúcula, boniato, palta, y pistachos y almendras salteados con curry.
¿Un olor?
Mi perfume.
¿Tu persona preferida?
Yo misma, pero no desde un lugar de ego, es porque me quiero un montón y soy mi fan número uno.
¿Un deseo?
Me gustaría vivir en una sociedad más justa y en un planeta más sano.
¿Tu mejor estado?
Cuando cocino.
¿Una virtud?
Soy entrega pura.
¿Un defecto?
Soy entrega pura, ja, ja, a veces es difícil entregarse tanto, pero también estoy aprendiendo con eso.

Activista medioambiental
Sos una de las 15 activistas más influyentes del mundo… ¿Qué te genera eso?
Yo no sé eso, es un montón, pero trato de no pensarlo, incluso en este último tiempo que quizás no estuve tan “modo activista”. Mi momento más fuerte del activismo fue hace unos años; obvio que sigue dentro de mí, pero ha mutado a distintas formas, probablemente vuelva a resurgir. Trato de no pensarlo, las veces que lo pensé me volví un poco loca, porque es mucha responsabilidad.
¿Qué querés comunicar?
El equilibrio, que no hay verdades absolutas. Esto se lo digo a la Connie de hace algunos años, que veía todo blanco o negro. La vida misma me ha ido enseñando que no es todo tan así, que no hay una solución para todo, que la gente también está aprendiendo. Tampoco quiero decir que todo es gris, pero el gris es mucho más realista.
¿Qué significa para vos ser antisistema? ¿Te considerás alguien así? ¿Por qué?
No me considero para nada antisistema, porque vivo en el sistema y de él; no sé lo que es, así que no lo quiero definir, no creo tener la voz adecuada para hacerlo. Considero que ser antisistema es algo alejado de la realidad, ya que está en todos lados.
¿Qué le dirías a alguien que está empezando el camino del veganismo?
Que se tome su tiempo, que lea, que se informe. Hay que educarse sobre alimentación, hay que ir con un profesional de la salud y de la nutrición para cuidar el cuerpo, porque en la vorágine de querer hacer el bien, uno se olvida de uno y eso no está bueno. Una persona que no está sana no puede ayudar, no hay que olvidarse nunca de uno mismo.
¿Por qué decidiste este camino para tu vida?
Porque en ese momento, al alimentarme a base de plantas, se me abrió la cabeza, empecé a informarme, decidí salir un poco de la zona de confort y me pareció lo más justo. Es un camino, uno va aprendiendo y desaprendiendo de nuevo. Me encantaría decir que el veganismo es la única solución, pero sé que no, es un conjunto de soluciones lo que va a ayudarnos. Entonces cada uno hace el camino que puede y quiere, yo en ese momento podía, y me encanté ser una parte importante de eso.
¿Cómo fue este proceso, tuviste profesionales que te ayudaron?
Sí, obvio, lo primero que hice fue ir a una nutricionista, Rocío Runca, que es una genia y que me ayudó con este proceso. Todos los años me hago mis chequeos anuales, y también tuve el apoyo de muchas personas que están en la misma situación que yo, que quizás no son profesionales, pero es importantísimo tener un grupo en el cual apoyarse.
¿Cuál es tu mayor preocupación hoy en día sobre el cambio climático?
Dudo que estemos a tiempo. Para mí el reloj de arena ya se dio vuelta, y creo que es bastante irreversible todo lo que sucedió y sucede. Puede parecer pesimista, pero estoy siendo realista, ya somos demasiados en el mundo y ya hay demasiados problemas, no solo climáticos, son muchas las cosas que hay que revertir.
¿Cuál creés que es la solución para poder revertir la crisis que estamos viviendo?
No hay una sola. Creo que la solución es entender que no hay una sola solución, son muchas cosas las que tienen que ocurrir. Un muy buen punto de partida es la educación, aunque ahí nos enfrentamos al factor tiempo, porque el accionar tiene que ser ahora. Individualmente hacer todo lo que esté en nuestro poder para cuestionarnos nuestros hábitos y llevar a cabo cambios. Después los cambios también tienen que venir de quienes nos gobiernan y quienes producen, estableciendo agendas climáticas y ambientales.
¿Consumís marcas que no sean veganas o naturales?
Trato de no hacerlo, pero obvio que hay cosas que uno no puede evitar, como medicamentos, tengo un auto que emite dióxido de carbono, un celular… Hay un montón de contradicciones con mi filosofía de vida, pero intento ser lo más verde posible. No dejamos de vivir en un sistema que está continuamente adaptándose para llegar a un mundo más verde, pero uno no se puede limitar tanto porque se vuelve loco.
Estás más inclinada hacia el mundo de la música, y hoy en día también sos una militante verde, ¿cómo conviven estas dos pasiones?
Creo que estoy metida en el mundo de la música y la actuación, soy militante verde y todo es parte de lo mismo, mis canciones muestran eso, mi estilo de vida también. Encontré la manera sin querer queriendo de que todo ese universo converja y sea mi vida.
¿En qué fundaciones y de qué movimientos participás?
Colaboro con difusión redes para muchas organizaciones e iniciativas, y también económicamente. La última organización de la que participé se llama Health Sake, es una fundación que cocina viandas veganas para personas en situación de calle, y salimos a repartir viandas el año pasado varias veces.
Artista
Connie se considera una artista en constante movimiento. Está por lanzar su tercer álbum, que como los dos anteriores es un disco disruptivo con mensajes por descubrir por cada uno de sus oyentes y seguidores.
Estás produciendo un nuevo disco, ¿podés adelantarnos algo de cómo va a ser?
El disco sale en la primera mitad del año, es mi tercer disco de estudio. Estoy feliz porque es algo nuevo, experimenté mucho con la tecnología. Mi primer disco es mucho más tierra, el segundo es una fusión y este viró hacia un lugar más tecnológico, tiene que ver mucho con el espacio, los planetas, con ese lugar donde es todo silencio. Es divertido y propone algo diferente a este mundo.
¿Qué caracteriza a tu música?
Es muy difícil, creo que depende de cada persona y de quien esté escuchando. Yo creo que mi música se caracteriza por no tener una característica, y eso quiero. Solo me dejo llevar y hago lo que tengo ganas en el momento, no me gusta encasillarme. Obvio que tengo un estilo lírico y melódico, pero eso también va cambiando, así que creo que la característica es ir mutando, serme fiel y cargar mi esencia.
¿Cuáles son tus momentos de mayor inspiración?
A la noche es un momento donde me gusta mucho sentarme y componer.
¿Qué cosas te inspiran?
Me inspiro constantemente, tengo una nota en el celular donde anoto si veo algo cuando voy caminando por la calle o si escucho una frase que me gusta. Situaciones, personas, momentos, la controversia, encontrar eso que es un poco desafiante para mi propia percepción de realidad, para mis valores.
¿Cuáles son tus proyectos de acá en adelante relacionados con la actuación?
En marzo se estrena una serie por Star+, un gran proyecto, no puedo contar mucho más.
¿A quién admirás y por qué?
A Freddy Mercury, es mi ídolo y es superior artísticamente en todos los niveles.
Si tuvieras que elegir un artista para compartir escenario, ¿a quién elegirías?
Me gusta mucho CAMI, una artista chilena, tenemos muchas cosas en común musicalmente y éticamente también.
¿Cómo fue crear tu propia marca de ropa?
Un desafío, ahora estoy con un nuevo lanzamiento que tiene que ver con la cosmética, todo orgánico, vegano. Me gusta mucho emprender; es complicado, pero si lo hacés con la gente indicada, se puede. Tengo socios con los que comparto valores, algo que para mí es fundamental para un emprendimiento.
¿Cuál es tu mayor deseo profesionalmente?
Poder seguir trabajando y creciendo. Yo con eso ya soy feliz. Me encantaría hacer un River o protagonizar una película, hay un montón de cosas que me gustaría hacer, pero lo que más anhelo es seguir trabajando, poder entregar mi cuerpo, mi cabeza y mi tiempo al arte, que es lo que más me gusta.
¿Cuáles son tus proyectos para este año?
Lanzar el disco, la serie, el 19 de marzo toco en el Lollapalooza, que también es un objetivo que puedo tachar de la lista, relanzar mi marca (Vrote), seguir componiendo, haciendo lo que me gusta.